*Fuente y fotos: Poemario por un Sahara
Libre
Viernes, 21 de febrero. Sahara
Occidental, la banalización de un genocidio
El médico y psicólogo Carlos Martín Beristain
explicó el caso de la fosa comçun encontrada en los territorios liberados
saharauis; en la fosa de Lemjayed se encontraron ocho cadáveres (seis adultos y
dos menores de 14 años) ejecutados el 12 de febrero de 1976 con armas de fuego,
por parte del ejército marroquí.
Como recordó Martín Beristain, en el caso
del Sahara, los nombres de los torturadores son conocidos e incluso han ocupado
importantes cargos políticos. Si no hay ruptura y los torturadores siguen
impunes e incluso recibiendo reconocimientos, será una forma de demostrar que
la ocupación se perpetúa.
Martín Beristain recordó que hay tres
generaciones afectadas por el conflicto. Hay una continuación de las
experiencias traumáticas. El saharaui es un pueblo dividido en dos mitades; hay
familias divididas desde hace casi cuarenta años. Tan sólo el programa del
ACNUR para que las familias de ambos lados del muro puedan verse en breves
visitas de cinco días, es el que ha logrado que estas familias puedan
reencontrarse, para lo que hay enormes listas de espera. Es el único puente de
relaciones que se ha creado en todo este tiempo.
Hay muchos testimonios de tortura muy
dolorosos de contar, pero es necesario hacerlo. Es también muy importante la
apertura de los archivos. Todos los sistemas represivos en todas las partes del
mundo tienen perfectamente documentado y apuntado todo lo referido a detenidos,
desaparecidos y torturados. Es fundamental que se conozcan estos datos y que se
abran estos archivos. Se han encontrado los archivos del PCCMI, uno de los
centros de detención marroquíes en El Aaiun, tristemente conocidos por los
saharauis. Durante la ponencia pudimos ver una copia de estos documentos del
PCCMI.
Durante la ponencia se expuso la
importancia de crear una agenda de transformación del conflicto. Para ello se
sugirieron varias propuestas. Es fundamental garantizar mecanismos de justicia
para el Sahara Occidental, para la verdad, el reconocimiento y la participación.
Los habitantes de los territorios ocupados se han ido sacudiendo el miedo, teniendo
en cuenta que hasta 2005 había un total aislamiento de las víctimas. Es
necesario continuar con la búsqueda de personas desaparecidas, y con las
exhumaciones para conseguir que las familias de las víctimas completen el duelo,
y también lograr la creación de un banco genético. Es necesaria también la
creación de un equipo de investigación y una comisión de la verdad, como se ha
hecho en otros países. Se debe llegar a poder realizar un control correcto de
los casos perpetrados. Marruecos creó hace unos años la Instancia de Equidad y
Reconciliación, un organisno que se mostró completamente insuficiente, porque
además fue totalmente discriminatorio con los saharauis, incluso en cuanto a
reparación e indemnizaciones.
Otro elemento muy importante, en palabras
de Carlos Martín, es lograr que la MINURSO adquiera competencias en materia de
derechos humanos. Es la única misión de la ONU en el mundo que no realiza
vigilancia y control de los derechos humanos en el territorio bajo su
observación.
No hay que olvidar tampoco a los refugiados
saharauis, que también son víctimas en este conflicto. En cuanto a la búsqueda
de los desaparecidos, Martín Beristain recordó que Marruecos trata
constantemente de cerrar este dossier. Es necesario realizar una investigación
correcta, devolver los restos a las familias y reparar el derecho a saber.
El derecho de asociación de los saharauis
es otra asignatura pendiente, ya que sigue siendo negado. Se acusa a los
defensores de derechos humanos integrantes de estas asociaciones de atentar
contra la integridad territorial, no son reconocidos por el ocupante, a pesar
de estar en su propio país.
Los derechos humanos deben, por tanto, estar
en la estrategia de trabajo para la resolución del conflicto. En definitiva, según
Carlos Martín Beristain, hay que SACUDIRSE LA IMPOTENCIA,
Posteriormente se abrió el turno de
preguntas. Beristain indicó que se estima que la cifra de desaparecidos
saharauis está en torno a 400 desaparecidos; para un pueblo pequeño como es el
saharaui, es un porcentaje de desapariciones muy considerable.
En cuanto a la pregunta sobre cómo puede
influir la propuesta de acabar con la jurisdicción universal presentada por el
gobierno español en la querella contra altos cargos marroquíes por crímenes de
lesa humanidad, Martín Beristain indicó que si se aprueba finalmente la ley,
hay otros mecanismo como presentar un recurso de inconstitucionalidad, que conlleva
que si se paraliza la querella, se podría reabrir. Hay que considerar por otra
parte, según remarcó el ponente, que los ciudadanos asesinados encontrados en
la fosa eran ciudadanos españoles, en el momento de ser asesinados (12/02/1976)
España aún estaba en el territorio y por otra parte, España sigue siendo la
potencia administradora del Sahara Occidental, territorio no autónomo,
pendiente de descolonización.
Para finalizar Carlos Martín Beristain
señaló que aún no existe una verdadera cultura de derechos humanos en España y
que las violaciones de la justicia universal ofenden la conciencia de la
humanidad, son ofensas colectivas.
Sábado, 22 de febrero. Mujer saharaui y
resistencia
La periodista Maite Salvador fue la
encargada de presentar las ponencias del segundo día de jornadas. En su intervención se refirió a que no
podemos dejar olvidados a los saharauis: “Ojalá el ejemplo de los saharauis
sirva para nuestra sociedad, tan cobarde… Ojalá nos saque del letargo… Los
defensores saharauis de derechos humanos se han convertido en héroes a su
pesar… No permitamos que el conflicto saharaui siga olvidado… Basta con que uno
de nosotros no accione para que el mal triunfe”.
Mujeres y juventud contra la ocupación
(Hayat Erguibi y Nguia Mint Mulay Ali)
Las jóvenes activistas saharauis de
derechos humanos Hayat y Nguia fueron presentadas por la periodista Blanca
Enfedaque. Las activistas comenzaron con un video de Equipo Media, de las que
son miembros, sobre las brutales violaciones de derechos humanos sufridas por
las mujeres saharauis en las manifestaciones en los territorios ocupados.
Nguia Mint Mulay Ali detenida como
presa política tras el desmantelamiento de Gdeim Izik. Explicó cómo ha nacido y
vivido toda su vida bajo la ocupación y cómo empezó desde niña a participar en
las manifestaciones de la Intifada de 2005, donde adquirió un compromiso con su
causa. Ha sido objeto de represión, detenciones, abusos, y todo tipo de
atropellos de sus derechos. Ha sufrido represalias por su activismo, hasta el
punto de prohibirle la continuidad en sus estudios, que tuvo que dejar en 2º de
Bachiller, tras un episodio en el que la policía acudió a detenerla en su
centro escolar, y en el que ella permaneció varios días refugiada en el centro
hasta que tuvo que entregarse. Nguia explicó como ha sido detenida en otras
ocasiones, como cuando intentó viajar a un foro de la juventud que se iba a
celebrar en Sudáfrica o tras su participación en el campamento de Gdeim Izik,
lo que le costó torturas y varios meses de cárcel. Firmó bajo torturas una
declaración autoinculpatoria y fue presa en la Cárcel Negra de El Aaiun,
encerrada junto a presas comunes. Nguia explicó como su caso es uno más de los
muchos que suceden a diario en los territorios ocupados, donde los saharauis
sufren incluso malos tratos por parte de los servicios médicos. Ese es el
sufrimiento que padece diariamente la población saharaui, con la complicidad y
el silencio de la comunidad internacional.
Por su parte la activista Hayat Erguibi
explicó en su intervención que su primera detención tuvo lugar en 2005, siendo
una niña. Afirmó que como saharaui sale a la calle en defensa de su causa, sin
importarle las consecuencias. La activista señaló que en su caso, como mujeres,
intentan hacer llegar su experiencia de militancia y el mensaje de las mujeres
en los territorios ocupados. Según Hayat el video que presentaron en su
intervención es “una muestra de lo que sucede en la ocupación y lo que sufre
diariamente la mujer saharaui. Los saharauis con sus testimonios quieren hacer
llegar su mensaje de libertad, el deseo de ser libres. Hayat denunció que “las
cárceles marroquíes están llenas de juventud saharaui, cuyo único delito es
reivindicar su libertad, con la complicidad de las potencias como Francia y
España, que obstaculizan la solución”. La activista aseguró que “no vamos a
detenernos para conseguir nuestra meta, aunque tengamos que perecer en esta
causa nacional”. Para finalizar, Hayat Erguibi animó a los presentes a que
“divulguen la causa saharaui” y afirmó que “somos responsables del futuro de
nuestro pueblo. No queremos que simplemente os sensibilicéis, si no que estéis
con nosotros acompañándonos en lograr una solución”.
Versos para la resistencia (Sukeina
Yedehlu y Bahia Mahmud Awah)
El escritor saharaui Bahia Mahmud Awah
comenzó su intervención sobre la poesía saharaui de resistencia con una frase
del poeta palestino Mahmud Darwich: “La poesía puede ser considerada como
demasiado débil, un juguete que se arroja contra los rifles, pero a menudo es
tan buena como la dinamita, cristaliza posiciones políticas mediante líneas
que, memorizadas por los viejos y los jóvenes, fortalece la resistencia popular
y proporciona eslóganes comunes”. Mencionó a los poetas que comenzaron a
utilizar la palabra patria en sus composiciones y la idea del “pueblo saharaui”
como unidad. También habló del caso del debate poético entre “campo”, la
tradicional badia saharaui, y ciudad a partir de la nueva política colonial de
agrupar a los saharauis en los núcleos urbanos; este debate tuvo lugar entre
los poetas Salama Uld Eydud y Yedehlu Uld Esid, padre de la propia Sukeina.
Desde hace siglos ha existido una interralación entre la poesía saharaui y la
resistencia contra las incursiones de los diferentes pueblos que quisieron
invadir el territorio. Así, muchos poetas saharauis han compuesto versos
mientras estaban presos. Es el caso de la propia Sukeina, aunque como explicó
Bahia, “le cuesta mucho dolor recordarlos, porque tienen mucho que ver con el
sufrimiento que pasó en la cárcel”. Bahia afirmó que estos versos ayudaron a
los presos a resistir en muchas ocasiones. Toda la historia del pueblo saharaui
quedó registrada de manera oral en el verso, esto ha sucedido también con las
historias de los presos de la ocupación marroquí al territorio.
La defensora saharaui de derechos humanos Sukeina Mint Yedehlu explicó cómo la historia del verso saharaui es muy antigua y está
ligada a la historia de la resistencia saharaui. Sukeina realizó una
intervención en la que mezcló vivencias de su estancia en la cárcel con
anécdotas y poemas que recitaban y componían los presos saharauis recluidos.
Sukeina fue encerrada con un grupo de presos saharauis en 1980, en plenos años
de plomo y durísima represión durante la época de Hassan II. Explicó cómo en
aquel grupo había mujeres y hombre de todas las edades, ancianos, embarazadas,
menores de edad… sufrieron brutales malos tratos y torturas, la poesía y los
estribillos que coreaban les servían para mantener el ánimo en alto, como
arenga, para informarse de noticias, no doblegarse ante las torturas y llenar
el vacío del encarcelamiento sin sus familias y seres queridos. Sukeina explicó
varias anécdotas como cuando una novia adornada, vestida y perfumada para la
ceremonia, fue detenida y llevada a la cárcel donde estaba el grupo de Sukeina,
el olor de la novia llevó a uno de los presos, sorprendido por aquel aroma en
medio del hedor de la cárcel, a componerle unos versos; o cuando se enteraron
en la cárcel de que la República Saharaui había sido admitida como miembro de
pleno derecho en la Organización de la Unidad Africana; también cómo escondían
los versos en los frascos de los pocos medicamentos que les hacían llegar o cómo
escribían con un papel de aluminio enrollado que cogían de las cajas de
cerillas. Sukeina explicó también su situación como madre tras salir de la cárcel,
después de diez años y siete meses de cautiverio. Una de sus hijas había
fallecido, no reconocía a sus niños, que estaban completamente cambiados, y se
había quedado sin hogar. La activista se trasladó a la ciudad saharaui de
Smara, donde empezó una nueva vida y comenzó a dedicarse al activismo, en
aquellos días preparando y concienciando a la población para la celebración del
referéndum, que entonces estaba previsto que se celebrara. “La reorganización
familiar no me impidió realizar mi labor como militante, organizando células,
orientando a la población y realizando trabajos en defensa de los derechos
humanos”, concluyó Sukeina. Hay que destacar que Sukeina recitó muchos de
aquellos versos compuestos por los presos saharauis en la cárcel, un ejemplo es éste:
“Mucho tiempo llevo deportado sin
ver
mi tierra y mi gente exiliada,
y yo en mi cárcel detenido
no acepto ataque a mi dignidad
y por ello pelearé férreamente”
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