sábado, 14 de marzo de 2009

La violación, arma política

El Periodico de Aragón (Espacio3)

EL ARAGONÉS LUIS MANGRANÉ, OBSERVADOR DEL CONSEJO GENERAL DE LA ABOGACÍA ESPAÑOLA EN LOS JUICIOS CONTRA ACTIVISTAS SAHARAUIS, RECOGE LA DENUNCIA DE UNA JOVEN VIOLADA POR LA POLICÍA MARROQUÍ.

LUIS A. MANGRANÉ CUEVAS (14/03/2009)

La noticia de la violación, el pasado 22 de febrero en la ciudad ocupada de El Aaiún, de la joven saharaui Hayat Erguibi por parte de agentes de la policía marroquí, motivó un encuentro con ella por parte de los juristas que nos desplazamos, como observadores del Consejo General de la Abogacía Española (CGAE), la primera semana de marzo a los juicios que se iban celebrar contra activistas saharauis defensores de derechos humanos en los territorios ocupados por Marruecos del Sáhara Occidental.
En una entrevista con esta alumna de bachillerato, a la que acudí en compañía de la abogada Gemma Arbesú y el magistrado Jesús María Martín, ambos de Asturias, tuvimos ocasión de que nos explicara lo sucedido. La reunión se efectuó en la casa de otro activista saharaui de derechos humanos, porque la de Hayat se encuentra bajo vigilancia policial desde que denunció el secuestro y posterior violación.
Superando la angustia que invade a toda víctima de una agresión sexual contar los detalles de este tipo de acto, Hayat relató que fue secuestrada por un grupo de policías marroquís, conocido como la Brigada de la muerte, cuando iba al barrio de Maatala, donde recibe clases particulares en un colegio privado. Nos refirió que fue esposada en el interior de un vehículo y le taparon la cara con una tela muy sucia, llevándola hacia las afueras de la ciudad. El grupo lo encabezaba el policía Mohamed Hassuni, conocido como Mustaj (El bigote), uniéndose después otro jefe policial al que identificó como AZIZ ANOUCH.




Durante su detención, la interrogaron por su presunta participación en actividades políticas: lanzamiento de octavillas, banderas del Frente Polisario o pintadas sobre las paredes de los colegios. Le quitaron el teléfono móvil para registrar su agenda de contactos y los mensajes de texto. No era la primera vez que Hayat había sido detenida y sufrido malos tratos por su participación en reivindicaciones pacíficas.
La negativa a reconocer su participación en los hechos de los que la acusaban, la recriminación a los policías por su actitud, reclamando sus derechos, exacerbó los ánimos de los agentes. Hayat manifestó que los citados policías marroquís, que desprendían un inconfundible olor a alcohol, la desnudaron totalmente, la sometieron a diversas a vejaciones sexuales y que después fue forzada y violada de diferentes formas.
Después, la amenazaron para que no denunciase lo ocurrido, pero lejos de atemorizarse, Hayat ha denunciado el caso públicamente, llegando a colgar un video en Youtube en el que relata lo sucedido. Como respuesta, se encuentra sometida a una gran presión por parte de las autoridades marroquís, quienes, según nos contó, la han amenazado para que retire la denuncia que ha interpuesto. Sin embargo, ella nos dijo que este tipo de actuaciones se repiten en El Aaiún pero que las víctimas temen contarlo, siendo este el principal motivo que le ha llevado ha formular su denuncia.
Más tarde, recibimos testimonios de varios defensores de derechos humanos saharauis de los secuestros y torturas que practican los cuerpos de seguridad marroquíes en contra de todos aquellos que protestan contra la ocupación del territorio y reclaman el derecho de autodeterminación. Estas vulneraciones permanecen ocultas, bien porque las víctimas temen denunciar o porque no se investigan por parte de las autoridades marroquíes a pesar de las denuncias. De esta manera, los juicios contra activistas saharauis representan la mínima fracción de la represión oficial, quedando en la oscuridad la mayor parte de los actos de represión que no son conocidos internacionalmente.



2 comentarios:

Um Draiga dijo...

Tremendo trabajo Luis. Kike

Cantabria por el Sáhara, ONG dijo...

Lo reenviaré a nuestros políticos que no hacen más que mirar hacia otro lado... Buen trabajo Luis.
Salud y suerte, Andrés.